EYACULACIONES

Son tus tristes ojos
de inocente mirada
y la bandada de golondrinas
que tienes por pestañas
junto a tu perfecta nariz de cleopatra
el motivo de estos versos.
Con rebeca, camiseta y zapatillas
a juego, de color rojo,
tres anillos, dos en tu mano derecha,
uno en la izquierda,
dos pulseras, una de oro y otra de tela negra
y tu sonrisa que no descansa
ni cuando duermes
y permanecías indefensa.
Ahí estabas, sentada en un bidón de cerveza
sin que tus pies tocasen tierra
y en el viaje de vuelta,
mientras tú dormías,
un pájaro se estrelló
contra el cristal del coche
pero no te despertaste,
tampoco hacía falta
pues no se trataba de una golondrina.