Poesía de purísima y oro,
sinfonía de devotos con ¡oles!
enaltece: arena, cal y toro;
claudica el erudito Manuel Molés.
Al natural ofrece muerte y gloria
amante de la danza y lo sublime,
escribe su nombre en la historia
altruista al que el óbito exime.
Lindas chicuelinas y verónicas,
dédalo ante el negro minotauro,
místico de menester en el envite
Cosida piel de luces litúrgicas
en los domingos de grana y lauro
donde elogian con vehemencia su quite.
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