EYACULACIONES

Cual soñador con alas de cera
volé directamente hacia el sol
creyendo ser una golondrina
inmortal con aire de grandeza y eternidad
pero la caída fue tan siniestra
que ahora nadie reconoce el cuerpo
sin vida enmarcado en sangre
y los pedazos de cráneo y cerebro
esparcidos por el suelo como un puzle
abstracto sin principio ni final.

Mientras caía, espinas invertidas
se clavaban en mis ojos dejándome ciego
y la sangre que brotaba de ellos teñía unos labios
que habían besado a la diosa de la amargura,
iban reventándoseme los pulmones y el cerebro
pero no estaba dispuesto a gritar,
sólo lloraba, ahogándome en mis propias
lágrimas de sangre al recordar
cada instante de miradas cómplices
cada noche de amor , de nanas…

Sonreía porque por fin el final era inminente
y el dolor sólo era a causa de la decepción
por haber sido traicionado con promesas
de libertad y poesía.
¡Poesía!
Así comenzó todo.