EYACULACIONES

(último texto con aviso de entrada para los lectores)

Sabe que está escrito, es una decisión tomada a partir de las experiencias, de los hechos acontecidos desde hace ya algún tiempo. TIEMPO, el tiempo lo es TODO y es NADA a la vez, sólo queda mostrar una sonrisa de impotencia ante el espejo que nos brinda el recuerdo, sonreír como un necio resentido. El TIEMPO NO CURA, sólo APACIGUA el DOLOR y la fiera que yace con él y que TODOS llevamos dentro, la misma que si no sale al exterior (cuando nos convencemos de que es necesario) se hace más fuerte en la oscuridad y al retornar de lo más profundo será más fuerte, más benigna y menos piadosa.

Sólo queda ESPERAR, esa espera que mata y amamanta la incertidumbre que sólo soportan los valientes o los hipócritas o los muertos vivientes.

Es una decisión inamovible puesto que es la única que concibe. Esta vez será distinto, quiere tener una ligera y pequeña esperanza de que aunque no soporte los dolores físicos por el paso de los años, estos le recuerden que hubo un antes. Pero cuando suceda promete y jura ante un dios al que se encomiendo cada vez más y en el que le cuesta creer aunque ruegue misericordia sin orar, que no habrán palabras claves, ni metáforas, promete no escribir sobre ello, ese estado anímico y/o emocional volverá a ser guardarlo bajo llave dentro de la caja torácica de donde no debió salir NUNCA, esta vez sólo será el silencio de lo inesperado el encargado de sellar labios ajenos, de dilatar incrédulas pupilas, de poner paz a mentes que no merecían el suplicio de esa duda que les impedía vivir plenamente.
No sabe bien cuándo sucederá, ni cómo, pero si algo ha aprendido (aunque no consiga ponerlo todavía en práctica) es a no adelantarse a lo que todavía no ha pasado, a lo “no escrito”.
Sabe que sucederá, es algo natural y es necesario pensar en ello, eso es de lo único que está plenamente convencido.
Se recoge en si mismo, como antes, como siempre. Siente que ha faltado a sus principios, el proyecto que comenzó hace poco más de dos años ha sufrido un cambio irreversible. Se prometió ser consecuente, dejar por escrito todo aquello y hasta hace poco había sido así, creía firmemente en que algún día ese proyecto sería una realidad. Quería pensar con esa egolatría que lo caracterizaba que hacía un bien a la humanidad despertando a los muertos cada mañana con unas palabras que forzases a una empatía, pero se ha traicionado, ya no tiene identidad, es uno más.

Silencio en el primer día de un año lleno de incertidumbre, a escasos treinta días de llegar al cuarto de siglo, sintiendo que es más que suficiente. Rendido queda ante la soledad de un día que terminará sin alegrías, sin cartas y sin ni siquiera telegramas.
Ya no importa nada más que el sobrevivir aunque renqueando y lleno de sangre que coagula por dentro, afectando a órganos vitales como el corazón.
No puede dar más de lo que da, no sabe como hacerlo, no es capaz de cambiar y precisamente la paradoja está en que sufrió un cambio crucial por ello y en el que está a punto de someterse pero esta vez con menos fuerzas y más DOLOR.
Ya perdió una patria, se refugio en un exilio con mar del que también intentó huir antes de empezar a odiarlo por culpa de los recuerdos, y ahora...ahora no pertenece a ningún lugar. Cuando no se sabe NADA y se pretende ver a través de otra realidad estás perdido, y él lo está.

El ser humano es malo por naturaleza, debe desconfiar de TODO y de TODOS, incluso de él mismo, porque NADIE es consciente de lo que es capaz de hacer.
Estamos SOLOS, rodeados de gente, pero al fin y al cabo SOLOS. SÓLO nos tenemos a nosotros y eso para un cobarde es terrible, por ello la decisión de seguir en pie vendrá dada por un final que cuando llegue acatará sin volver a claudicar con lágrimas inútiles y palabras de sangre pues verá que es el MOMENTO de ser valiente por primera vez y para SIEMPRE.

Ahora mismo sabe bien lo que es estar completamente SOLO, el silencio se convierte en el mejor aliado de su peor enemigo, ÉL MISMO.
Escucha un piano que le trae recuerdos de una etapa en la que fue valiente y voló (literalmente), no con las alas de cera que se derritieron en su primer viaje; pero no es suficiente.
Sinceramente, echando la vista atrás no contaba con vivir este día. Fue un cobarde y le tocó afrontarlo, pero el silencio, el silencio puede con él.
Hoy no habrán llamadas, ni cartas, ni tan siquiera esos telegramas que tanto le duelen pero que al fin y al cabo son mejor que NADA.
Siente ODIO Y RABIA, sólo siente DOLOR al ver que sus palabras no son más que una parrafada